Capítulo 11- Me rio en la cara del peligro

Subimos a su piso y nada más entrar me obliga a sentarme en el sofá impidiendo que le ayude a cocinar.
Como me cansé de insistir y fue inútil le hice caso y esperé sentada mientras me venía un rico olorcito de la cocina. A los pocos minutos apareció con los platos y una botella de vino.

Me acercó la silla para que me sentara, me apartó el pelo hacia un lado desde detrás de mi y con sus labios en mi nuca murmuró- Espero que sea todo de su agrado señorita-

-No tengo la menor duda - dije sonriendo como una tonta y con la piel de gallina.

Durante la cena estuvimos hablando un poco de todo, yo riendome con sus tonterias y la verdad es que lo pasamos genial.Quien me iba a decir a mi esto hace unos meses...Cuando miré la hora vi que se nos había ido de las manos...

-Madre mía Dani, sabes que me quedaría aquí contigo toda la noche, pero mañana hay programa y es tardísimo!, llevame a casa anda...

-No prefieres quedarte a dormir??- me dijo con su sonrisa traviesa

-jajajaja mejor otro dia, además no tengo pijama ni la ropa para mañana...

-Como usted quiera- se calla y me mira- ...abuela - y se empieza a reir mientras coge las llaves del coche.

Salimos de su piso y nos montamos en el ascensor para bajar. En cuanto se cierra la puerta no tarda ni un segundo en aplastarme contra la pared para besarme. Asi, sin decir ni una palabra...de hecho, no hacía falta que dijera nada...con ese beso me lo decía todo.
Empecé a pasar mis manos por su nuca, acariciandole el pelo. Pero decidí darle un poco de juego... Una de mis manos acabó en el interior del bolsillo trasero de su pantalón.No se lo esperaba.
Separó sus labios de los mios para mirarme extrañado y sonriente a la vez.

-Uy, uy...abuela, usted tocando partes prohibidas en un ascensor. Esto no se hace- dice pegandose más fuerte a mi.

Miré el numero de piso por el que íbamos, el 2º, genial...casi en un susurro pegado a sus labios le solté- Quiero hacer locuras contigo...a ver quien es el que se caga ahora...-me encantaba picarle. Justo entonces se abrió el ascensor y nos separamos...nadie nos podía ver en semejante situación!

Durante el camino a mi casa, no hablamos. Solo motaba su mirada fija al frente y vi que no paraba de mirar mis muslos desnudos por el rabillo del ojo. Pero sonreí disimuladamente y decidí callarme.
Llegamos a mi portal a los pocos minutos.

-Te espero a que subas, quiero asegurarme de que llegas bien.

-Por qué no me acompañas?- este no sabe lo que le espera...a ver si ahora es tan valiente.

-´Tus deseos son órdenes.

Y allí esábamos, en el rellano de abajo esperando al ascensor para subir. Justo cuando nos subimos me llega un mensaje al móvil.
"Annita, soy Juangerr, estoy en casa con Flo,Moni y David que se han venido a ver el partido, si quieres ven un ratito, que vives en la puerta de enfrente, no tienes que andar mucho jajaja besos linda" Asi es, Juangerr es mi vecino, abro mi puerta y justo enfrente tengo su casa.

Entonces sonreí. Decidí no contestarle, así pensará que estoy ya dormida. Le hice una señal a Dani de silencio con el dedo en la boca cuando llegamos a mi piso y abrí con cuidado para no hacer ruido. Después de cerrar la puerta le expliqué la situación casi en un susurro. Y vi como le cambiaba la cara.

-Es broma no? Me voy Anna, no me pueden ver aquí!- le agarré del brazo cuado se dirigía sin freno hacia la puerta.

-Que haces???! No salgas que entonces si que te verán! jajaja- se dio la vuelta y se cruzó de brazos

-Y ahora que hacemos lista? Esta presión es superior a mi....-ya estaba agobiado.

Me acerqué a él le agarré del cuello de la camisa y recorté distancia entre nosotros hasta tenerlo a tan pocos centímetros que podía notar su respiración en mi cara.

-Y si...terminamos lo del ascensor...??- dije empezando a rozar mis labios con los suyos, dejándole con ganas de más. Mis manos recorrian libres su torso y su cintura. Noté como se empezaba a tensar y con toda su fuerza de voluntad alejó unos centímetros su cara de la mia.

-Madre mia...pero no te das cuenta de la situación? Tienes a los jefes pared con pared con tu habitación, no te das cuenta del peligro que estamos corriendo?- volví a acortar la distancia entre nosotros, y esta vez, con todo el valor del mundo, decidí ser yo la que le diera a esto un poco de morbo...aunque me estuvieran temblando las piernas; pero me encantaba esta situación.

Con mis labios casi pegados a los suyos le dije susurrando- me rio en la cara del peligro...-
Y entonces fue cuando me besó sin pensarselo dos veces. Me besó con fuerza, con tanta pasión que casi no podía concentrarse en desabrochar la cremallera de mi vestido. La adrenalina que necesitabamos descargar era tal que me impedía acertar para desabrocharle el cinturón. Por fín lo conseguí, y por fin el consiguió dejar que mi vestido cayese a mis pies.

Salté sobre él rodeando su cintura con mis piernas. Notaba sus manos recorrer mi espalda y deshacerse de mi sujetador. Luego decendían a mi trasero.
Después de recorrer el pasillo giró a la derecha, entró en mi habitación y se topó con cama haciendo que cayera encima de mi.

Con las luces apagadas para no despertar sospechas estabamos allí, a punto de dar rienda suelta de nuevo a todo el amor que teniamos dentro y con los jefes justo al otro lado de la pared. Solo se oian nuestras respiraciones cada vez más aceleradas.
Nos encargamos de qu el resto de ropa desapareciera. Y aquí lo tenía, encima de mi, a punto de volver a sentirlo mio otra vez, y solamente mio.
Se separó para mirarme.

-Que pasa Daniel, tienes miedo?- dije picandole aún más. Me costaba respirar ya.

Sonrió pícaramente- Ya verás quien va a tener miedo, tu procura no hacer mucho ruido...

-Ya veremos quien es él que hace ruido- le devolví la sonrisa.
Me empezó a besar con toda la pasión que llevaba dentro y a ascender con su mano por la parte interior de mi muslo hacia arriba. Yo tenía mis manos en su espalda, no pude evitar clavarle con fuerza los dedos en ella, apretándolo más contra mi cuando empezamos a hacer el amor... aunque me impidiera respirar...me daba igual. Solo él sabe hacerme sentir esto. No pude evitar que se me escaparan algunos gemidos cuando pasó a besarme el cuello. Me tapó la boca con la mano mientras seguía ocupado con su cabeza enterrada en mi cuello y haciendo que nos fundieramos en uno solo.
Pronto encontró una forma mejor de callarme sin separar su cuerpo de mi ni un milímetro...me volvió a besar. Me volvió a besar como nunca antes lo había hecho. Sentir sus labios en mis labios, su lengua entrelazada con la mia, sus manos jugando por todo mi cuerpo y su piel cálida contra la mia mientras me hace el amor...es una sensación indescriptible que solo él sabe conseguir.