Capítulo 8- Pasión

Los segundos, los minutos y las horas pasaban, o eso creía yo...con él es como si se parara el tiempo. Seguíamos allí en la playa, recuperándo todo ese tiempo perdido sin permitir que nuestros labios se separasen. Mientras me besaba me vinieron a la mente todos nuestros momentos juntos: desde que nos conocimos, pasando por cada detalle de nuestras vidas a partir de entonces.
Le mordí el labio inferior provocándole una sonrisa, me separé un poco y le di un beso en la barbilla.

-Has tenido ya bastante por hoy?- Me mira ansioso por mi respuesta, se que en el fondo él sabía perfectamente que me moría de ganas por volver a sentirlo aquí, conmigo- y lo había conseguido.

-Que creido te lo tienes Martínez...-decidí hacerme la dura.

Entonces me cogió en brazos, como cogen los príncipes a las princesas en los cuentos y me llevó de vuelta al hotel. Pasamos por recepción- menos mal que solo está el recepcionista a estas horas de la madrugada; quien nos viera, en pijama llenos de arena y con el pelo mojado..., que vergüenza solo de pensarlo...-.
Íbamos por el pasillo a la habitación y me bajó de sus brazos para abrir la puerta.

Una vez dentro me obligó a ducharme a las tres de la mañana!!! Pero no opuse resistencia...la verdad es que estaba hecha un desastre. Como solo me traje un pijama y estaba...como estaba; pues me puse una camiseta ancha y unos shorts que me hacían el apaño. Abrí la puerta y ahí estaba, con su iPhone haciendo algo. Levantó la vista.No dijo nada.

-Muy bien, Daniel te toca- dije haciendome la ocupada ordenando mi maleta.
Y sin pronunciar palabra, entró a ducharse. Al cabo de unos minutos salió con ropa seca sin mirarme. Estos cambios de personalidad me van a volver loca... Así que, hecha a la idea de que se acababa la fiesta por hoy, me dispuse a retirar las sábanas para irme a dormir. No me dio tiempo a alcanzar el extremo cuando me abrazó por detrás pegando sus labios a mi oido.

-No se te vuelve a olvidar algo esta noche también?- me dice entre susurros

-Umm...-¿El qué?, yo creo que ya estaba bien por hoy no?- dije en modo de reproche.

-Vale, vale...pues buenas noches entonces...-me soltó y se dio media vuelta hacia su cama. Entonces fui yo corriendo y lo abracé por detrás, recorriendo con mis manos cada riencón de su torso.

-Estás muy tontito hoy...sabes que lo digo de broma...- le dije mientras le besaba la nuca despacio. Notaba como se ponía tenso y le costaba respirar cada vez más. Mi mano en su pecho notaba como su corazón se aceleraba. Se giró hacia mi, colocando sus manos en mis caderas y pegándome a él todo lo posible.

Se quedó un rato mirandome a los ojos.- Y tu sabes que yo te quiero?
Eso si que no me lo esperaba y más viniendo de Dani; él lo único que quiere es una tia que le haga compañia una noche y adiós muy buenas. No solía decir eso de "te quiero"...sobre todo porque le costaba hacerlo. Fue por eso que lo dejamos aquella vez...yo quería a alguien a mi lado, y él solo quería un rollo de dos dias.
Pero esta vez, algo me hizo pensar que no era asi...

-Y si te digo que no te creo?- le vacilé para asegurarme

-Y si te digo que solo te trataba así para mantenerme alejado de ti porque si no sabía que terminaría volviendome loco teniendote al lado sin poder abrazarte, ni besarte, ni olerte...? Y si te digo que nunca en mi vida le había dicho a una chica "te quiero"? Y si te digo que sueño contigo todas las noches? Y si te prometo no separarme de ti nunca más? Desde que nos separamos me di cuenta de que no era un rollo de dos dias lo que quería contigo...pero ya era tarde para arreglarlo.Metí la pata Annita. Me crees ahora o quieres que haga algo más?- me dejo sin habla, pero decidí hacerle sufrir un poco más...

-Si, quiero que hagas algo más...-dije sonriendo con aires de ganadora.

-Haré lo que me digas...

-Bien, pues entonces...sólo te pediré una cosa, es muy fácil.

-Que?!- estaba de los nervios...jajaja me encanta!

-Bésame- me miró sorprendido, pero obedeció mis órdenes a la perfección.
Me rodeó fuertemente la cintura y me arrastró hasta él para besarme de nuevo. Nuestros labios de fundieron en un beso con mucha pasión, un beso que decía más que las palabras...Sin darnos cuenta esa pasión fue aumentando. Yo tenía las manos dentro de su camiseta, acariciandole la espalda y pegándolo a mi todavía más si cabe. Una de sus manos, mientras tanto, descenció a mi trasero; la otra me agarró el muslo levantandome la pierna para invitarme a saltar y engancharme a su cintura. Y asi lo hice. Bajó con sus labios hasta mi garganta mientras yo inclinaba la cabeza para darle más acceso. Se acercó a una de las camas y me dejó allí sentada. Vi como se dirigía al extremo de la otra cama y la empujaba para formar una cama más grande uniendo las dos individuales. Rápidamente volvió conmigo y me llevó hasta la almohada para colocarse encima de mi. Me volvió a besar fuertemente, yo le introduje las manos dentro de su camiseta hasta conseguir quitársela. Él me acaricio desde la cadera hacia arriba por el lateras de mi cuerpo con un mano quitándome también mi camiseta.Se separó para mirarme, tenía la respiración acelerada al igual que yo.

-¿Estás segura de esto?

-Nunca he estado más segura de nada- y tiré de su nuca hacia abajo para volver a saborear sus labios. Mis manos se ocuparon de su cinturón y el se encargó de desabrocharme el sujetador con la mano que no agarraba mi cadera. A los pocos segundos el resto de nuestra ropa interior había desaparecido...no se donde fue a parar, en este momento no me importaba , la verdad.

Seguíamos besándonos con toda la pasión que teníamos guardada...volvió a mi cuello provocandome un suspiró que necesitaba salir por mi boca...Pronto descendió por mi escote hasta llegar a mi tripa, lo que me hizo arquearme ante el contacto de sus labios en mi piel. Rápidamente volvió a mi boca, colocándose bien encima de mi, agarrándome por la cintura con un brazo, y con la otra cogiéndome la cara para asegurarse que que no parara de besarle, creedme, no pensaba hacerlo. Y fue poco después cuando sentí que me llevaba al cielo. Empezamos a hacer el amor, y lo volví a sentir, completamente mío. Y él podía estar seguro de que yo era toda suya. Y así pasé lo que quedaba de noche...sientiendo al hombre del que estoy enamorada hasta las trancas con cada milímetro de mi cuerpo. Así que le dejo disfrutarme y le disfruto yo también a él.
Creo que ahora mismo no hay estrella en el firmamento que iguale la luz de la pasión y el amor que nos estamos entregando.